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GERENCIASIGNIFICATIVA

Educación para la Libertad en Venezuela y la Pedagogía Crítica de Paulo Freire.

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD DR. RAFAEL BELLOSO CHACÍN

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO

PROGRAMA: DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

CÁTEDRA: FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN

 

Educación para la Libertad en Venezuela

Y  la  Pedagogía Crítica de Paulo Freire.

  

Autor: Julio Ramón Mejía Pacheco

C.I. 3.300.402

                                                Profa.: Dra. María Carmona G.

Educación para la Libertad en Venezuela  y

                                    la  Pedagogía Crítica de Paulo Freire.                                

      Nunca antes, en Venezuela, había existido tanta preocupación por la  formación de un ser humano en la libertad y para la libertad, un venezolano conscientemente crítico. Esta utopía impulsada por el estado docente venezolano,  ha obligado a los educadores y educandos a reflexionar sobre el tema para darle respuesta a las siguientes interrogantes:  ¿es posible educar para la libertad?, ¿será importante formar  un nuevo ser humano en nuestro País?, ¿cuál es el tipo de ser humano a formar?, ¿para qué formar ese nuevo ser humano?,  ¿ están los docentes venezolanos  preparados para tomar ese reto?,      ¿ cuál es el papel de la Filosofía y de la Pedagogía en esa misión?. Son interrogantes que trataré de darle respuesta en este  trabajo aplicando un enfoque filosófico  emergente, sin descuidar las ideas expuestas por los filósofos de la antigüedad.

      Para ello se debe profundizar en las raíces de las más modernas  teorías filosóficas y pedagógicas para que, tomando en cuenta las diferentes concepciones del mundo  y de la vida, se puedan concretar las respuestas pertinentes al quehacer educativo local, regional y nacional; estas respuestas  emergerán de la Filosofía de la Educación ya que esta trata sobre los problemas educativos, los analiza en sus principios, finalidades y prácticas para proponer soluciones;  y de  la Pedagogía,  porque ésta coloca en manos del educador los principios,  estrategias y técnicas para hacer esa nueva pedagogía posibilite la formación de un ser humano nuevo, integral, crítico, reflexivo, productivo y capaz de valorarse a sí mismo; es decir una Pedagogía Crítica que  forme hombres libres.

LA LIBERTAD

      Para ello, la libertad  se comprende, como una oposición al determinismo de coacción, de forzosidad, que son considerados, que son considerados como expresiones de una limitación de la libertad. Según Seneca, el hombre en esencia es libre, que consiste en no temer ni a los hombres, ni a los dioses; no desear nada deshonesto, ni excesivo, tener el completo señorío de sí mismo. Así, pues, la verdadera libertad consiste en la capacidad de reflexionar y valorar las virtudes.

LA PEDAGOGÍA CRÍTICA

      La Pedagogía Crítica es  una manera  de tratar la vida diaria incluyendo la escolar que posibilita  a los estudiantes y jóvenes formar conciencia crítica. En otras palabras, es una herramienta para reflexionar sobre  sus vidas y experiencias, haciendo énfasis en lo individual y lo colectivo, comprendiendo cómo se relaciona la comunidad global. Ello permite desarrollar subjetividad  y ciudadanía crítica. Decidir ser agentes de la historia y participar en la transformación de la sociedad en otra más justa y equitativa, libre y digna; conceptualización esta que es afín con lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) sobre el protagonismo que han de desempeñar  educandos, docentes y demás actores educativos,  en la construcción de la Nueva República.

      Asimismo, la praxis de la Pedagogía Critica se vincula con la teoría marxista, la lucha de clases desde la educación, formando conciencia crítica en jóvenes y  estudiantes.  Actualmente, a través de educadores como McLaren (1997) y Giruox,  esta pedagogía está  filtrando los movimientos estudiantiles para formar a los nuevos  hombres en una lucha de clases para transformar al mundo en otro  de carácter socialista como una alternativa al capitalismo.

      Uno de los primeros  educadores que trata la dominación impuesta por el imperialismo en los E.E.U.U. es  Giroux, a través  de narraciones dominantes enfocando la teoría crítica de la Escuela de Fráncfort (Habermas,  Marcuse, Horkheimer y  Adorno); pero con una mentalidad democrática, no marxista. Crea espacios para impulsar  la formación de la ciudadanía civil, a través de la transformación de la cultura; asimismo, trabaja la relación de los medios de producción en su relación con el desarrollo humano.

Por otra parte, Peter McLaren(1997),  trabaja la Pedagogía Critica al igual, que Giroux, pero desde un enfoque marxista.  Su estrategias son las mismas, apoyándose en el trabajo dentro de las universidades, especialmente en estados Unidos, pero con la esperanza de convertir al mundo en un mundo socialista. Formar un hombre nuevo de mentalidad socialista que luche contra la dominación del imperialismo norteamericano.

FORMAR UN NUEVO SER HUMANO

      Dentro de ese marco, el Estado Venezolano, considera la importancia de formar un hombre nuevo, para lo cual diseña  un constructo curricular que denomina Educación Bolivariana con el objetivo central de formar el  Nuevo Republicano que  refundará  la Nueva República de corte Socialista; y cuyo perfil  se conforma, en lo axiológico, teleológico y   filosófico, buscando educar  un ciudadano capaz de valorarse a sí mismo, solidario y productivo; de ser protagonista de la transformación de esta sociedad en otra más ética,  justa y equitativa; expectativa ésta que se corresponde con lo que  se ha planteado siempre desde los tiempos socráticos: formar un tipo de ser humano según  la época que le toca vivir. El modelo educativo bolivariano promueve una Educación de Calidad para Todos, una Educación Liberadora y Transformadora, propuesta ésta que fue resultado de una revisión de las políticas educativas que se realizó en la Constituyente Educativa en 1999, para redefinir la escuela, sus propósitos, estructura, metodologías y currículo.

      Coincidente,  con  los postulados de la Carta Magna, el Programa de Filosofía de la Educación, que administra la Dra. María Carmona en el  Doctorado en Ciencias de la Educación, en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín, donde se incluye el tema de Educación para la Libertad,  se definen  tres problemas de la filosofía de la educación que merecen ser estudiados: el primer problema se refiere  al tipo de ser humano que se desea formar, el cual se ubica en el ámbito de la Antropología Filosófica y parte desde las inquietudes socráticas por el ser y llega hasta nuestros días;  en este caso el Nuevo Republicano,  discusión  fundamental   en el campo filosófico por cuanto si la educación tiene por propósito la transformación del individuo a través del conocimiento, la filosofía de la educación debe partir de la idea de ser humano. El segundo, se refiere a los medios, estrategias y técnicas, que se han de utilizar en el  proceso  educativo, desde un enfoque de los valores, que en el Currículo Bolivariano son: libertad, igualdad, solidaridad, justicia, equidad, respeto, entre otros;   y el tercero es el para qué formar un nuevo ser;  que responda a la necesidad de transformar la sociedad venezolana, transformando  la educación y, por ende, al  venezolano.

      Con respecto al primer problema, el Ministerio del Poder Popular para la Educación, fundamentado  en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2009),  y en el Plan de Desarrollo  Nacional,  promueven actualmente una  Reforma Educativa en términos de currículo tratando de modificar  aquellas concepciones que mantienen vivo un  sistema educativo caduco e insuficiente que, antes de ayudar a la formación integral  del pueblo, parece  detenerla. La estrategia central  es transformar la educación en otra de carácter humanista; que se constituya en espacios para la reflexión crítica  y la construcción del saber;  para crear sentimientos de libertad y  transformar la sociedad venezolana en otra más ética, justa, equitativa, multiétnica, democrática, libre  y pluricultural, mediante la formación de un Nuevo Republicano;  es decir, formar individuos integrales, con una conciencia crítica y activa de sí mismos;  de pensamiento libre, responsable ante la República y  capaces de resolver problemas cotidianos en su comunidad, su ciudad, su país y  la humanidad entera; inclusive par el sistema educativo donde está inserto.

UNA NUEVA FILOSOFIA: EL ARBOL DE LAS TRES RAICES

      De allí que, el nuevo modelo curricular basado en aprender haciendo y  enseñar produciendo,  constituye una  concepción curricular adoptada y basada en las ideas de Simón Bolívar, Simón Rodríguez,  Ezequiel Zamora, y algunos pedagogos de la altura de Luis Beltrán Prieto Figueroa, Belén Sanjuán y otros que invitan a hacer educación desde las raíces de nuestra identidad, responsable de formar conciencia ciudadana desde un enfoque humanista-social y “emancipador”, para lograr la participación y el compromiso  de todos  los venezolanos  involucrados en el proceso educativo hacia la formación del nuevo republicano.  cabe aquí, mencionar las ideas de Giroux(2008) y McLaren(1997) quienes abordan los espacios educativos para estimular a los docentes y estudiantes universitarios a emprender procesos relacionados con la lucha de clases, transformando la cultura de los ciudadanos, trabajando la ciudadanía social. Es decir, transformar la Educación como una manera de transformar al mundo en dirección al Socialismo del Siglo XXI o hacia un mejor sistema económico democrático, como una alternativa al capitalismo.

      Según Chávez (2009) se ha asumido el compromiso de dirigir la Revolución Bolivariana hacia el socialismo  y contribuir a la senda del socialismo; un Socialismo del Siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad,  el amor,  la libertad y la igualdad.

      En ese propósito, se requerirá alfabetizar a los docentes y demás actores  educativos en una Filosofía de la educación que le ayude a comprender estos nuevos conceptos en el marco de la educación venezolana, pues en la mayoría de los casos ellos no entienden sobre la necesidad de liberarse o emanciparse, pues se cree que ya en el Siglo XIX el  Libertador ya lo hizo. Esta Filosofía estaría basada en valores, principios y metodologías de orden crítico que permitirán estimular la práctica de un nuevo orden pedagógico  cuestionador que promueve la  Libertad, igualdad y justicia como principios filosóficos que orientan la refundación de la República.

      Analizando el nuevo diseño curricular, se encuentra que la Filosofía Educativa que enarbolan,  actualmente, los docentes venezolanos está representada por  el “árbol de las tres raíces” , en el cual Bolívar, representa la Visión  Geopolítica de Latinoamérica, y el Poder Moral;  Simón Rodríguez,  se constituye en el abanderado de la Educación Popular,  en la cual se deslinda claramente una dicotomía en movimiento arrollador: “inventamos o erramos”, es decir sino inventamos, caemos fatalmente en el error.  Se impulsa sobre el Modelo Robinsoniano y se siembra en un extenso territorio con la misma semilla dicotómica: inventar una nueva sociedad en la América Española o errar, tratando de copiar viejos modelos, impertinentes a nuestro escenario. En el siglo XXI, esto significa construir una nueva patria, autóctona que refleje nuestras propias costumbres  y valores sociales;  y , finalmente, Zamora, como representante de la igualdad y el desarrollo endógeno, con su grito de libertad: “ tierra libre para los hombres libres”, en su lucha contra el latifundio.

      Integrando las tres raíces, el programa consiste en sembrar  la tierra para obtener de ella los frutos que hemos de consumir, pero impregnado de un elemento ideológico-político, ya que además de tierra, significa cuerpo y mente.  “Todas las Manos a la Siembra”,   anima a los jóvenes a emanciparse a través del trabajo liberador, a  participar en proyectos educativos productivos que estimulan la inventiva en los educandos,  el amor por la tierra, además de desarrollar las competencias en el saber, el hacer y el convivir. En este programa se pretende que se  aprenda sembrando y  se enseñe  produciendo.  El docente debe aprovechar las experiencias para  fortalecer el concepto de trabajo liberador y  manejar lo ideológico, desde una democracia cognitiva,  con la orientación de las raíces filosóficas, pues según Simón Rodríguez, comprende una educación para el trabajo y para la vida en libertad, considerando al trabajo como un factor emancipador.  Queda, de parte de los docentes, padres y representantes,  aprender a  filosofar para analizar los problemas que emergen de la experiencia educativa,   descomponerlos  en sus elementos y  hacer las propuestas correspondientes, para avanzar en la formación del Nuevo Republicano.

 

 

PAULO FREIRE: NI OPRESORES, NI OPRIMIDOS

      Dentro de ese contexto, un  aporte valioso a la Educación Bolivariana,  en el marco de la pedagogía crítica, Paulo Freire desarrolla toda una teoría que  invita a la lucha de clases desde la educación, criticando lo instituido en el campo educativo, en su obra Pedagogía del Oprimido (1970).  Allí presenta sus ideas revolucionarias, sosteniendo que hay construir una opción ética  y política realizables, organizando las masas y movilizándolas. Para ello es necesario que cada ciudadano  use  ese mínimo de poder que posee, como una manera de liberarse del yugo del opresor, o que al menos éste no invada ese pequeño espacio de poder.

      Es así como en lo ético,  sugiere crear un sueño entre los responsables de educar al hombre nuevo, al Nuevo Republicano, de manera que ese sueño pueda direccionar las acciones de los actores educativos, especialmente a docentes y estudiantes.  Pero esta debe ser una opción donde sujeto y objeto se confunden en una misma esencia, una opción de quienes sueñan con ser considerados como sujetos; donde no haya opresores, ni oprimidos; que el autoritarismo se desvanezca y reine la democracia y el compartir entre los  seres humanos. Pero ¿hasta qué punto  nuestros docentes sienten el deseo de  ser sujetos? La experiencia que hemos vivido en las escuelas y liceos es que  carecen de sensibilidad para actuar en ese sentido y que no han sido formados para  abordar, con pensamiento crítico y  activo,  la comunidad.

      Se está hablando de una opción pedagógica y filosófica donde los niveles de poder se achatan y nace un  sentimiento de corresponsabilidad;  basado en la libertad de pensamiento y acción; es la aplicación de los principios organizativos de carácter plano, horizontal, que mejora los niveles  de comunicación entre los miembros de la organización; donde el diálogo los hace más parecidos, compartiendo objetivos comunes y  criticando este mundo para crear otro con mayor libertad; como expresa Freire ( 1970),  no para hacer lo que cada quien quiere; sino para construir entre todos  lo que necesitamos.

       No obstante, en Venezuela, debe darse un proceso más auténtico,; es decir, trabajar sobre un plan auténtico de liberación del hombre, sea opresor u oprimido, partiendo de una visión conjunta del mundo en que viven.  En este caso,  explica Freire que “es importante destacar que  la intención del oprimido es superarse, no liberarse para convertirse en opresor, sino para compartir una misión de transformar al mundo”. Evitar convertirse, luego, en opresor es clave en el proceso. Siendo tolerante con el que posee una idea diferente y manejar niveles adecuados de alteridad. No se debe excluir al que piensa diferente, pues es en la diversidad donde se logra la unidad. Es un enfoque ético, donde yo soy feliz, pero el otro también , con sus propias ideas,. Eso no quiere decir que no debo tratar de convencerlo, pero no de coaccionarlo.  De modo que éticamente,  en Venezuela pudiera estar lejano el día que los ciudadanos tomen esta opción, pues lo que es evidente en el contexto es el intercambio de poderes y oportunidades de un grupo político a otro de turno. La cultura del venezolano pareciera constituirse en una barrera para implementar los principios de la Pedagogía Crítica de Paulo Freire, pues quien piensa diferente no tendría  oportunidad para participar. El oprimido se ha convertido en opresor, pues desde hace tiempo se reflejaba en aquél. Sin embargo, no hay cambio sin sueño, ni cambio sin esperanza, dice el, pedagogo Freire.

CREAR ESPACIOS PARA CONSTRUIR LA TRANSFORMACIÓN

       Si la esperanza es a largo plazo, en las acciones de mediato se requiere  crear un ambiente educativo donde docente y estudiante se conecten para dialogar y construir en conjunto. En otras palabras, el diálogo es la vía, la horizontalidad y el contacto que se genera de la comunicación entre estos protagonistas.  Se trata de un ambiente de intercambio de ideas, conocimientos y experiencias, entre otros, donde cada quien desempeña su rol y  existe un respeto del uno por el otro; existe un respeto y unos límites en la interacción docente-estudiante.  Se colocan al mismo nivel; practican su libertad;  pero cada  uno está consciente de  su papel. Freire indica que para actuar en un escenario de esta índole es necesario  establecer límites, criterios y poderes.

       El modelo educativo bolivariano establece como estrategia escolar los proyectos educativos, y abre la escuela al pueblo como un “centro de quehacer comunitario”; lo cual se considera como una fortaleza del diseño; ya que esta estrategia permite  generar los espacios, dentro y fuera de las instituciones educativas, para el trabajo ético, productivo y transformador.  Espacios donde docente y educando interactúan para desarrollar conocimiento y sabiduría, promoviendo un acercamiento entre ellos; rompiendo el silencio y construyendo en colectivo. Al comienzo del proceso de instalación de la metodología de proyectos se desconfió de la eficacia de ese  contacto más humano entre docente y estudiante, pero luego el mismo docente se percató que era necesario para aprender unos de otros.

       Al respecto, el autor explica que él no redujo educador y educando a un mismo nivel, pues no son la misma persona;  sino que debe haber un respeto entre ellos. El educador y educando aprenden juntos;  el educador  habla y  estimula al estudiante a salir de su silencio; el educador eleva su voz  de sabiduría  e invita a la vez al  educando a expresar sus ideas.  Todo dentro de unos límites que los coloca en diferentes roles. Existen unos límites, pues sin límites no se puede vivir en paz; eso sí, rehusando una serie de límites de tipo ético, político, cultural, social entre otros,  que se han creado falsamente para alejar a los actores del proceso pedagógico; que coartan la libertad del estudiante para romper su silencio y expresarse.

       La tarea pedagógica es cambiar esos límites, pero dejando claro que cambiar los límites significa cambiar otras cosas, especialmente en las interacciones humanas.  La tarea pedagógica es definir roles para la praxis de la pedagogía crítica, como una vía para introducir los cambios requeridos en  la sociedad venezolana. Desplazar nuestra mentalidad individualista hacia una mentalidad colectiva, corresponsable y solidaria; con desempeños claramente definidos para cada actor educativo, sensibilizados para preocuparnos por la escuela y desde la escuela por la comunidad.

UN PROCESO DIALÉCTICO

      Es el caso que, en nuestra educación tradicional venezolana,  predomina la presunción de creer que hay que cambiar las cosas internas de la escuela; mientras que Freire plantea que hay que cambiar dentro y fuera. Desde la escuela  hacia la comunidad  y desde ésta hacia la escuela, lo cual implica involucrar a padres, representantes  y comunidad en general en el proceso educativo.  Se trata de una transformación dialéctica, para lo cual hay que establecer un diálogo entre los diferentes estamentos de la sociedad. Sin embargo, el sistema educativo que impera actualmente, no permite ese diálogo, esa dialéctica, pues   la escuela tradicional  funciona en forma aislada de la comunidad.  La estructura organizativa no permite el diálogo; es demasiado vertical y estática; por lo tanto hay que cambiar también la estructura de nuestras instituciones educativas.

      Frente a esa posibilidad, la resistencia que se observa cuando se intenta cambiar las estructuras de relaciones y la práctica pedagógica es  notable. Existe un autoritarismo anárquico que se resiste a cambiar  por otro sistema que  promueva el diálogo; objetando que ese modelo abierto es negativo y  atenta contra la calidad educativa; otros dicen que no hay tiempo para eso. Entonces, si la estructura no sirve para el diálogo es necesario cambiar esa estructura, porque de verdad así como están organizadas las instituciones educativas, así no se  puede  dialogar para transformar.

ESTAMOS DESTINADOS A SER LIBRES - NADIE LO SABE TODO

      Para ello,  se puede comenzar por dos principios filosóficos de diferentes corrientes: de Sartre (2001),  estamos destinados a ser libres y lo importante no es lo que han hecho con nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros;  y de Paulo Freire (1970), nadie lo sabe todo…nadie lo ignora todo.

      Ello permitirá avanzar hacia un cambio de mentalidad permita formar espacios para criticar lo que tenemos como Educación y, hasta como Filosofía; dirigiéndonos hacia   la construcción de un nuevo ambiente de aprendizaje, donde el diálogo y el respeto se encuentren para establecer el reino de la libertad, la comprensión y el desarrollo integral de las potencialidades del ser humano. Es contar con un docente que propicie una actitud crítica sobre lo sucedido en el pasado, sin quedarnos paralizados, sino que invite a movilizarse, abandonado la actitud autoritaria, directiva, y convertirse en un animador que medie entre el educando y el conocimiento, entre la dominación y la emancipación del ser humano, pero desde el amor, aplicando el principio de que el amor es la trasformación definitiva.

      En ese orden de ideas, se puede inferir que la Pedagogía Critica de Freire, tiene un tinte humanista, pues reivindica al ser humano, en su estado de opresión; lo emancipa y lo encamina hacia la libertad, haciendo énfasis en que el trabajo del docente comienza con el “ser”.  Explica que para ayudar a ser, hay que ser.  Para trabajar con la comunidad hay que aprender a dialogar y acercarse para intercambiar “palabras”. Desde ese punto de vista, la educación venezolana se ha declarado humanista, y orientada por la Teoría Crítica Reflexiva de Habermas, Horkheimer, Marcuse y Adorno,  donde el hombre es  sujeto y objeto, centro del proceso educativo, para su formación integral; es decir, en  conformación holística: bioespiritupsicosocial; la metodología es de proyectos y en éstos, después de seleccionar el tema se hace una diagnosis de los conocimientos previos que posee cada educando sobre dicho tema, lo cual es coincidente con lo que sostiene Freire(1970), quien explica que se ha de partir del nivel donde se encuentra el educando, diagnosticando el nivel cultural donde se  encuentra. Siendo amoroso, siendo  “esteta”; amando para enseñar a amar; amando la educación. Como dijo Pablo: Sólo educa el que ama. El docente de hoy debe tener un alto gusto por la educación,  ésta es una obra de arte. Para ello no debe olvidar que existen límites, respetar los límites del educando; no puede entrar en él e irrespetarlo. Sólo tocando su corazón, puedo entrar en él, generando confianza, para trabajar su silencio y sus miedos. Para trabajar sus sueños.  El docente, entonces debe ser un terapeuta, para detectar sus miedos y sus angustias,  encontrando el camino para  entrar en su silencio.

      En ese propósito, para establecer un diálogo con el joven  o el adolescente que participa de la Educación Bolivariana,   es necesario hablarle; regalarle nuestra voz, nuestros mensajes; luego invitarle a expresar sus inquietudes y  miedos.  No importa si la educación actual no es la mejor; el educador de hoy tiene una inmensa tarea: rehacer, redibujar, rediseñar la educación para que el educando pueda conectarse con la realidad, desde una conciencia crítica que le permita  intervenirla y  luego transformarla en otra más ética, justa y equitativa.

      Sin embargo, para lograr tales fines, se requiere  crear un  ambiente de enseñanza y aprendizaje más humano, desarrollador de nuevos conocimientos, generador de posibilidades para practicar la libertad e  internalizar valores, mediante  prácticas pedagógicas motivantes, articuladas con las demandas de las comunidades; un espacio de aprendizaje donde el docente no lo sabe todo,  no es el único que sabe y estimula el desarrollo de los saberes  en los educandos, haciendo que éste practique su derecho a la libertad, a través  de  la participación activa y la “democracia cognitiva”. Que lo ayude a abandonar el silencio y,  mediante el desarrollo de una conciencia crítica,  pueda participar en la reconstrucción de un nuevo mundo.  Como dice Quiroz Miranda (2008), “un nuevo  mundo es posible”. Otro mundo donde el amor sea la guía principal de la educación y,  por ende, del educador.

       Como se puede observar, se trata de  avanzar hacia una nueva concepción y estructura de la Educación en Venezuela, que forme para la reflexión, que dé suma importancia a la libertad del ser humano, tal como lo entiende el “existencialista” Sartre, J. (2008), al exponer que: “estamos condenados a ser libres”, ante lo cual emerge una interrogante: ¿Podrá el educador tener una mayor conciencia de su labor educativa? ¿Será necesario formar docentes con pensamiento crítico y libre,  que sean capaces de transitar de la educación tradicional a la educación crítica que transforma?

VALORES

       El segundo problema fundamental de la filosofía de la educación;  la pregunta por los medios, por lo axiológico. En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su preámbulo se establece el modelo de sociedad que se aspira, consolidando los valores de: Libertad, independencia, bien común, paz, solidaridad, equidad, justicia, solidaridad, respeto, territorialidad, entre otros.

      El estudiante es el centro del  proceso de enseñanza y aprendizaje.  Se responde a sus necesidades e intereses como una manera de asegurarle las mayores posibilidades de felicidad individual y utilidad social, donde la Filosofía de la Educación tiene la responsabilidad de analizar al sujeto y la realidad donde se desenvuelve. No se puede  practicar una pedagogía desvinculada de la formación en valores, especialmente del contexto donde vive el educando, lo cual obliga a observar, experimentar e investigar  para educar para la libertad.   

      Hay esperanzas de que a través de programas de formación permanente, tales como el Programa del Tercer Motor que amplía su dominio en el campo de los valores sociales;  se pueda sensibilizar al docente en esa dirección; pero habrá de esperar si el Estado Venezolano descubre con prontitud que en este camino,  la autenticidad es clave para llegar al corazón de los maestros; que el docente se sienta un verdadero esteta,  pero además, libre, en su manera de pensar y actuar, sin miedos ni angustias, pues estas son trasmitidas a los educandos y por ende  a los venezolanos. Un docente libre no es aquel que hace lo que quiere, sino que actúa con pensamiento crítico, reflexivo y  transformador, haciendo política de ciudadanía  civil.

TELEOLOGÍA DEL CURRICULO BOLIVARIANO

      El tercer problema de la filosofía de la educación es la pregunta por los fines, dilema sujeto a la Teleología de la educación que sirve como bitácora para señalar  la llegada a todo esfuerzo educativo.  En este País, su finalidad es formar niños y niñas, activos, creativos, reflexivos, críticos e independientes, que sean cada vez más participativos, protagónicos y corresponsables en su actuación en la escuela, familia y comunidad; con sentimientos de amor y respeto en sus diferentes manifestaciones hacia la Patria, sus compañeros(as) y el ambiente, entre otros; también cualidades tales como la de ser responsables, honrados, honestos y solidarios, adquiriendo o  reafirmando sus hábitos de higiene individual y colectiva y todos aquellos que favorezcan su salud preventiva e integral, que los prepare y forme para la vida acorde con los fines e ideales de la CRBV.

      Este problema filosófico se articula con la dimensión política que explica Pulo Freire, al enfatizar que: es importante entender que todos los educadores somos, por praxis, políticos. Al hacer educación, hacemos política de estado. La educación en su debilidad, toma fuerza para convertirse en un instrumento de transformación que organiza y moviliza a la, ciudadanía para  transformar al mundo.  Los problemas de la Educación no son solamente pedagógicos, son también políticos y éticos. Pero se debe entender por Política en su sentido originario (griego) ciudadanía, civitas, “politikós” (ciudadano, civil), que quiere decir ciudadano que transforma. En otras palabras,  un docente que participa activamente en procesos de transformación de la sociedad y del mundo en general, como fines teleológicos de la educación, con la finalidad de crear una sociedad con mayores opciones de vida.

EDUCERE SI….EDUCARE NO.    

 Sin embargo, en Venezuela, tal como está concebido el currículo que aún no termina de morir, no se puede transformar, pues la praxis pedagógica se queda en la trasmisión de contenidos y conocimientos terminados que no permiten al educando reflexionar sobre la realidad social y sobre su propia transformación, de lo cual depende la transformación de la sociedad.  Según Freire (1970),  nuestra educación actual responde a un enfoque bancario que deposita información en la mente de los  educandos. Como lo  expresa Pérez,  E. (2006): la educación debe diferenciarse del educare y desviar su atención hacia el Educere, que significa “sacar de”, en vez de “meter en”.  El Educare se corresponde con la educación bancaria, depositaria de contendidos, de información, que no estimula la creatividad y la construcción del conocimiento, menos el deseo de participar para transformar la institucionalidad disfuncional.   Este tipo de educación castra la capacidad de pensar y por lo tanto no permite capturar la esencia de los hechos que suceden en la realidad social, objeto de transformación.  Mientras más se dé  a los jóvenes los contenidos ya hechos, más se castrará las posibilidades de reflexionar sobre los fenómenos sociales.

RECOBRAR LA LIBERTAD

       Cuando un docente no usa su poder, por pequeño que sea, viene otra persona con mayor poder y ocupa ese espacio que él no usa.  Ahora, ¿qué es lo que hace que los docentes no usen su poder? Están condicionados.  Existen condicionadores que no permiten que el individuo actúe y use su poder. ¿Qué hay que hacer? Despertar. Aprender críticamente la realidad donde vive y responder con ese mínimo de poder que posee. En otras palabras: toma conciencia de que está condicionado y sintiéndose condicionado es capaz de  intervenir en el condicionante. Un condicionante del que se sufre es la influencia de la Pedagogía Tradicional, que  gobierna la manera de trabajar los docentes,  convirtiéndolos en seres lineales, directivos, individualistas, memorísticos y comunicadores de información. En este caso, los docentes venezolanos tomar conciencia de su estado y luchar para salir del condicionamiento, luchando contra las costumbres de la pedagogía caduca que reina en las aulas del sistema educativo venezolano.

      Ellos pueden  recobrar su libertad porque están  condicionados, pero no determinados. Se reconocen  condicionados, pero luchan contra los factores que les condicionan, logrando l libertad hacia la transformación cultural.

TEORIA CRITICA REFLEXIVA BOLIVARIANA

En la Educación Bolivariana, significa abandonar la Pedagogía Tradicional trasmisora de información,  por otra pedagogía de acción donde el pueblo venezolano actúa con conciencia política para la construcción de un modelo de sociedad socialista para la formación de la Nueva República y el Nuevo Republicano; partiendo del proceso de formación de la persona, la familia y la sociedad. Significa, además, que el pueblo con conciencia política se incorpora activamente en los procesos de cambio y transformación social, donde priva la supremacía del hombre por encima del mercado y del capital; para crear una sociedad en la que el ser humano es centro de la misma dejando de ser mercancía predilecta del capitalismo y pasa a ser sujeto de su propia  transformación.

      Al respecto,  Carr y Kemmis (2008), sostienen que para transitar de la Pedagogía Tradicional a la Pedagogía Crítica, se debe incorporar la Investigación Acción a las formas de enseñar con el fin de posibilitar el análisis crítico en las prácticas educativas. Esta posición coincide con las intencionalidades del Currículo Bolivariano; pues  a través de los Seminarios de Investigación  de Desarrollo Endógeno,   propone como estrategia de aprendizaje,  lo que la escuela de Fráncfort denomina la Investigación Acción, un baluarte de la Teoría Critica Reflexiva que promueve una educación crítica, liberadora y transformadora.

Según Habermas, Jurgen  (1971), educar implica una comprensión crítica del mundo, que contiene una intención de transformación de la realidad social para que todos tengan el poder y, por ende, tengan la libertad. La comprensión del mundo se logra al democratizar  la enseñanza y el aprendizaje, construyendo una democracia cognitiva que comparte saber. Esta es una tarea social, pero que parte de lo individual. Para transformar hay que ser libres  de hacer lo que debemos hacer, para ello debemos tener el poder de hacerlo y éste se logra a través de la pequeña dosis de poder que poseo ahora. Freire sostiene que la única manera de aumentar el poder es  usando el mínimo de poder que poseemos y,  para usar el poder es necesario aprehender críticamente al mundo.

      Mientras que en la teoría tradicional se pretende la inmediatez entre el sujeto y el objeto, en la teoría crítica, se firmará que todo conocimiento está determinado por mediaciones, porque la producción teórica no puede existir independientemente de los procesos sociohistóricos y económicos dentro de los cuales han surgido. Esto significa que el contexto histórico determina el objeto y la finalidad de toda investigación y proceso educativo  de manera tal que ninguna teoría puede ser “imparcial” sino que está signada por diferentes intereses,  aun cuando una objetividad aparente oculta su inevitable carácter ideológico. Además, el investigador, tampoco puede sustraerse de manera radical, siempre será parte mima del objeto social investigado. Docentes y educandos venezolanos, están llamados a formar parte de este paradigma, donde ya el sujeto no mira la realidad o comunidad desde afuera, sino que se involucra en ella para transformarla. 

      Ante esa expectativa, aplicar otro modelo pedagógico,  implica necesariamente aprender.  La educación es casi siempre poner en práctica un conocimiento; lo cual requiere acercarse al educando y el medio donde vive.  Él que aprende necesita del educador y éste necesita del educando. Ambos se educan.  Aunque las tareas sean diferentes, pues el educador enseña y el educando aprende. La cuestión es saber cómo debe darse esa relación, para que sea una práctica democrática. Esto implica ciertas cualidades del educador, como por ejemplo: aplicar un modelo de investigación acción que prepare a ambos para conocer e intervenir la realidad social.

      En el despliegue curricular que se ha realizado para implementar los programas de la Educación Bolivariana, se consideran metodologías e instrumentos curriculares que se relacionan  con la Pedagogía Crítica y la Teoría Crítica Reflexiva, pues esta es la que sustenta este currículo bolivariano; se puede hacer mención del trabajo directo que se realiza con la comunidad, partiendo de un diagnóstico de la misma; los Seminarios de Investigación de Desarrollo Endógeno que buscan potenciar la vocación productiva de cada localidad o región del País;   el sujeto como parte del objeto que se estudia o se requiere transformar;  el análisis de los factores de producción en cada localidad para su aprovechamiento; en fin, varios aspectos que conjuntamente con una metodología de proyectos, convierten el proceso en una investigación, donde educadores y educandos son viven y retroalimentan sus experiencias, para sistematizarlas y utilizarlas luego en situaciones similares, generando de esa manera nuevo conocimiento.

NO HAY CAMBIO SIN SUEÑO…NO HAY CAMBIO SIN ESPERANZA

      Finalmente,  se sabe que  los resultados no han sido los esperados, pues la resistencia  se ha hecho presente en los educadores, quienes no comparten ante todo la manera como se  administra el currículo, el cual tiene un alto contenido político-ideológico, además de  no estar capacitados para atender los procesos de enseñanza aprendizaje como una unidad compleja de naturaleza humana total e integral.  Ha faltado formación docente  y autenticidad en el desarrollo de los procesos de transformación educativa.  Se ha descuidado lo pedagógico, y se ha politizado el proceso, lo cual no permite centrase en la formación de las potencialidades del educando. Las Zonas educativas no poseen un equipo de formación permanente  que pueda hacer frente  a este reto.

      Existen muchas esperanzas para que la Educación, con el apoyo de la Filosofía, pueda analizar los problemas educativos y se puedan hacer propuestas que una vez convertidas en proyectos realizables,  se cuente con una Educación verdaderamente transformadora de seres humanos y de la realidad social, su objetivo por excelencia.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

 

Chávez, H.(2009). Diseño Curricular Bolivariano. Ministerio del Poder Popular para la Educación. Caracas.

Freire, P. (1970). Pedagogía del Oprimido. Siglo XXI. Editores Argentina. Buenos aires.

Giruox, H.(2008). Educación Bolivariana y Pedagogía Crítica. Entrevista. Caracas.

McLaren, P.(1997). Pedagogía crítica y cultura depredadora. Políticas de oposición en la era posmoderna, Barcelona, Ed. Paidós (trad. al español por Pilar Pineda Herrero).

Pérez, E.(2006). Educar en Venezuela. Edit. Fé y Alegría. Maracibo.

Quiroz, M(2008). Pedagogía Crítica. Un nuevo mundo es posible.

Sartre, J. (2001). Frases Célebres.     

                               http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=894

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